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Arquitectos: M2R Arquitectos
- Área: 2450 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Amin Asifi
Contexto. Situada sobre la antigua ruta de la seda, Bamyan es una pequeña población en la región central de Afganistán. Es la capital de la provincia homónima y el centro cultural y político de la etnia Hazára.
En marzo de 2001, el mundo observó cómo los Talibanes destruyeron dos colosales estatuas de Buda que dominaban el valle de Bamyan en Afganistán. Las estatuas, talladas hace aproximadamente 1500 años, eran consideradas las esculturas de Buda de pie más grandes del mundo y eran parte integral tanto del budismo como de la cultura local.
La Eterna Presencia de lo Ausente. El centro cultural busca ser un espacio social para compartir y comunicar ideas. Por lo tanto, el proyecto intenta crear, en vez de un edificio-objeto, un lugar de encuentro; un sistema de espacios donde el impresionante paisaje de los Acandilados de Buda se entrelace con la rica actividad cultural que el centro albergará. El Centro Cultural Bamyan no es algo construido en el sentido común del término sino más bien es un espacio ‘encontrado’ o ‘descubierto’ excavado del suelo. Esta estrategia arquitectónica primordial crea un edificio de mínimo impacto visual que se integra con el paisaje, toma provecho de la inercia térmica y la aislación provista por el suelo, y rinde homenaje a las antiguas tradiciones constructivas locales.
Un nuevo parque: Los Jardines de Buda. Cuando los visitantes lleguen al sitio del nuevo centro cultural, en lugar de hallarse con un edificio sobre el paisaje se encontraran con un jardín, un parque abierto a toda la población de Bamiyán. El centro cultural, al estar ubicado por debajo de la cota de acceso, deja las vistas panorámicas del Valle de Bamyan y de los Acantilados de Buda completamente libres de obstrucciones. Los techos del centro cultural conforman un conjunto de miradores donde los visitantes y los habitantes locales se pueden encontrar, contemplar el paisaje y asomarse a las actividades del centro.
El Centro Cultural. Una suave rampa alineada con el nicho de la estatua del Buda Occidental guiará al visitante hacía una plaza que funciona como corazón del centro. Esta plaza será un espacio abierto para actividades culturales.
Desde esta plaza se accede a los tres edificios que conforman el centro cultural. Mientras que las actividades públicas del centro son albergadas en el Edificio Cultural, el Edificio de Educación contiene las actividades semi-públicas y el Edificio Administrativo aloja las actividades privadas. Esta división del programa en múltiples edificios permite que cada uno funcione independientemente, reduciendo los costos de mantenimiento y calefacción.
El silencio y la experiencia del tiempo. Los espacios interiores, completamente carentes de detalles u ornamentación, por su extrema austeridad, favorecen una actitud contemplativa. Claraboyas estratégicamente dispuestas crean líneas de luz que se mueven acompañando el recorrido del sol por la bóveda celeste haciendo visible el paso del tiempo.
Los espacios abovedados del área de exposiciones están orientados en línea con el eje del nicho del Buda Occidental y enmarcan la visión hacia él, proveyendo un dramático fondo histórico para las manifestaciones culturales contemporáneas. Esto hace visible el contraste y la continuidad entre el pasado y el presente afgano.